Como las Estaciones, Yo También Cambio

Ya la primavera estaba bastante avanzada y María no había podido tomar acción para hacer los cambios que tanto necesitaba en su estilo de vida. Por esos días lo había comentado con su coach Emilia, con la que entrenaba desde hacía unos cuantos años y la estaba ayudando a afinar más sus hábitos.

—Siento que tengo que hacer algo urgente con mi mal hábito de irme a la cama después de la medianoche y despertarme al día siguiente pasadas las 10 de la mañana. Es como si además me estuviera perdiendo de algo, —le decía a Emilia en uno de sus entrenamientos.

El ritmo circadiano de María estaba totalmente disruptivo y ya Emilia se lo había dicho de mil maneras, sin embargo era muy difícil llevar a cabo el cambio desde que María llevaba muchas años con este hábito y no se estaba dando cuenta de que por eso tampoco podía perder peso.

—Ni siquiera tuvieras que recurrir al Ozempic si cenaras más temprano, te fueras a la cama más temprano y te levantaras más temprano. Te garantizo que perderías peso, también tu día sería más eficiente al levantarte con el sol, podrías empezarlo desde la quietud con una buena meditación o con solamente contemplar a tu alrededor, escuchar tu alma. María, muy absorta en ese último pensamiento contestó:

—Sí, lo sé.

¿Por qué nos cuesta tanto hacer cambios en nuestros estilos de vida? Quizás deberíamos fijarnos más en la naturaleza, dócil ante los ciertos e implacables cambios de estación. Cómo se adapta, también cómo se toma su tiempo y cómo no se resiste.

Viajé por unas semanas al empezar la primavera, los árboles de mis vecinos estaban completamente pelados todavía y a las dos semanas cuando regresé, los encontré totalmente verdes.

Quizás María debería aprovechar lo que queda de la primavera para tomar acción y hacer un cambio que impacte su ritmo circadiano, su sueño y su energía de manera positiva. Ya se ha tomado demasiado tiempo, pienso que no debe resistirse más. Y sí que se está perdiendo de algo. Se está perdiendo de sentirse mejor y desempeñarse mejor y de que su cerebro y su alma se nutran de la quietud de las mañanitas.

¡Feliz Semana!

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